jueves, febrero 15, 2007

XI

Benditos los abuelos centenarios
que mantienen a tope la alegría,
las postales de calles con tranvías,
los piratas con porte de corsarios;
Bendito el lupanar prostibulario
donde la noche es siempre noche y día,
la cita de aquel martes que llovía,
las manos de los dedos incendiarios.
Bendita la nostalgia si te toca
con gesto de ayudante distraído,
que todo lo complica y lo trastoca;
Benditos los amigos confundidos,
que por besar te besan en la boca
y te piden perdón por el descuido.

2 comentarios:

Mía dijo...

Mi bendito poeta: Has vuelto con tus benditos y me gusta el tono de ellos hoy como siempre.

La nostalgia si se apoderó de mi al hablar de abuelos centenarios, que aunque mi padre no lo era, sé que adornó con guirnaldas las vidas de sus nietos y eso no se olvida...lo extraño es una verdad irrefutable.

...pero de la lágrima pasé a la risa, que mujer no tiene en su haber alguno de esos amigos "confundidos".

Lo quiero mucho poeta nunca tan lejano como cercano.

Un beso de amiga sin perdón al descuido.

Mía

Carlos dijo...

Hola Mía, qué lejos que has venido. :)

Que mis palabras hayan podido llevarte al mundo del recuerdo de tu padre, es un gran priviliegio para mí. Me alegro por tí.

Usted se que el cariño es de doble vía. :)

Besote.