Benditos sean los labios de entrecasa
que besan con empeño cotidiano,
los febreros bisiestos del verano,
la pena del amor, cuando se pasa;
benditos los rincones de la casa
que guardan el abrigo de tus manos,
los recuerdos de tiempos muy lejanos,
que salvamos del fuego de las brasas.
Bendita la pasión al descubierto
cuando llega bendita de sorpresa
endulzando las aguas del desierto,
el pan de los domingos en la mesa,
los barcos amarrados a los puertos,
la boca que repite la promesa.
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12 comentarios:
Acabo de descubrir este bendito sitio, me quedaré un ratito por aquí leyendote, es un placer hacerlo Carlos.
besos.
De París a mi blog, sin escalas.
Puedes quedarte el tiempo que quieras.
Ojalá disfrutes de la lectura.
Un beso.
Mi señor bendito.
Bendito este poema que ha endulzando las aguas del desierto de mi sábado...
Un beso enorme para Ud.
Querida Ev, grata tarea la de endulzar tu sábado.
El mío, por aquí, ha pasado desbordado de sol.
Un beso bendito.
En serio??? Que alegría!! Me encanta ver feliz a la gente!
Por aquí un día de sol hermoso y me acordé de vos que te gusta tanto y es tu vitamina.
Otro bendito beso
Que tengas un bello domingo.
Benditos los sonetos de Carlitos...
que llenan de calor y de sol todos lo días del invierno :))
Besote!!!
Querida María Luz, con estos fríos, todo es válido para entibiar los corazones.
Un beso dominguero.
¡¡¡Se pobló Benditos!!! Es justo.
Te dejo un beso de
"La boca que repite la promesa"
Hola Milonga, de a poquito se va poblando. Tu fuiste una de las precursoras.
Gracias por pasar y le tomo la pabara a tu beso.
(y lo devuelvo; no es que no lo quiera, sino que lo tomo y lo vuelvo a dar. :)
Hola Charly
Te escribo en este rinconcito más íntimo.
Ojalá como lo dice este maravilloso poema el dolor sea bendito cuando se pase, como las penas de amor.
Una vértebra agazapada se puso a hacer un escándalo en mi cuerpo.
Dentro de un rato voy a visitar al director de orquesta, tal vez necesite también un luthier.
Te envío besos, exiliada en el placard.
Hola Ele, si acabo de leerlo en el blog de Nick, recién te dejé un beso y un haiku en tu casa.
Ya tengo los dedos cruzados para que el dolor se quede sin argumentos óseos y huya raudo de tu cuerpo.
Un beso inmenso.
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