Juanjo

En un estuche de noble cuero
duerme la viola del nunca más,
Juanjo Domínguez ya está en el cielo,
la luna blanca lo ha de velar.
Suenan las notas de un hasta luego,
gimen las cuerdas del carnaval,
Juanjo Domínguez, dicen que has muerto,
pero la muerte nunca vendrá.
Se oyen vidalas por los senderos,
zamba azules se entonarán,
y el ángel pampa del desconsuelo
dará un responso de santidad.
Que Dios te acune con canto nuevo
(faltaba tanto por guitarrear).

Para Juan Carlos Vázquez que lo admiraba tanto.
Del Muro de Face de Carlos Casellas (Académico 
de la Academia Porteña del Lunfardo).